Imagínate que cogemos un Pou, le ponemos la nariz de Don
Pimpón y los labios de Carmen de Mairena, y después lo embadurnamos de babas. ¿Cuál
es el resultado?
3 mitos… uno de las apps, otro de la televisión infantil y
otro del mundillo casposo
Pues el animal curioso de hoy, el Psychrolutes marcidus,
también conocido como Pez Borrón o Pez Gota (Blobfish in english), de la
familia de los Psychrolutidae, comúnmente conocida con el nombre de los Cabezas
Gordas, (banda rival de los Dientes Largos y de los Come Plancton). Esta
familia de peces se caracteriza por cabezas grandes y gordas, y cuerpos que se
van achatando hasta llegar a la cola.
“Hola amigo, ¿me das dos besos?”
Morfología de la familia Psychorolutes, a la que pertenece el
pez gota
Este pez, con pinta de señor Potato desmejorado y depresivo,
se encuentra exclusivamente entre las costas de Australia y Tasmania y vive en
un rango de profundidad de entre 600 y 1.200 metros. Debido a la
inaccesibilidad de su hábitat, no ha sido fotografiado en libertad en muchas
ocasiones.
A esa profundidad la presión es varias decenas de veces
superior a la del nivel de la superficie. La carne del pez gota es una masa
gelatinosa, un poco menos densa que el agua (esto es lo que le da el aspecto
tan curioso), lo que le permite flotar sobre el agua sin gastar energía
nadando. Una estrategia de ahorro que ni la madre de una familia numerosa,
oyes…
Siempre contrariado, siempre de bajón…
La falta de músculo no le supone un obstáculo para
alimentarse, ya que se come cualquier cosa que pase por delante de él,
preferentemente crustáceos, moluscos y erizos de mar. Lo hace sin avisar, sin
hacer amago de atacar, por sorpresa, por la espalda. Y esto no está bien.
Imaginémonos al típico cangrejillo de las profundidades (llamémosle Sebastián),
al que se le acerca un depredador con todo el ansia, para comérselo. Sebastián
piensa “vaya truño, me van a crujir”. Pero antes de que el depredador acometa,
Sebastián tiene unos valiosos segundos para prepararse para su hora, y le da
tiempo a pensar en su familia, a arrepentirse, ve pasar por delante de sus ojos
la película de su vida… Porque el depredador no esconde sus intenciones (y
Sebastián valora a la gente que va de cara). Y el cangrejillo se va al hoyo,
pero se va en paz y habiendo hecho sus tareas vitales. Sin embargo, si
Sebastián pasa por delante del pez gota no le da tiempo a prepararse antes de
morir. Y esto es muy triste. Por eso el pez gota es un ser muy sucio y muy ruin.
Uno de los aspectos más curiosos del pez gota es que, en la
reproducción, se sienta sobre sus huevos, y así los custodiará hasta la
eclosión. El pez gota adulto mide 30-40 cms de longitud y es prácticamente
incomible. Aunque, seamos francos, si fuese comestible, no tendría el mercado
que tienen el panga o el atún…
En septiembre de 2013, este animal fue elegido como “El
animal más feo del mundo”, y adoptado como mascota por el “Ugly Animal
Preservation Society”. Desgraciadamente, el pez gota está en peligro de
extinción, debido a la pesca de arrastre profundo. Este tipo de pesca está
caracterizada por el uso de una red en
forma de calcetín, que se remolca desde una embarcación manteniéndola abierta
con el objetivo de atrapar la mayor cantidad de peces posibles. Este tipo de
pesca está prohibida en algunas partes del mundo, debido a la muerte que provoca en especies que no tienen relación con el negocio pesquero y al daño que
provocan en todo el fondo marino (lecho del mar, arrecifes de coral...) ya que arrasa con todo lo que encuentran a su paso, provocando, en muchas ocasiones, la destrucción de hábitats marinos.
Esto es básicamente lo que está acabando con el pez gota. Una
auténtica barbaridad para nuestros mares…
La semana que viene, después de dos animales de agua, ¡tendremos al primer animal de tierra!