Hoy tenemos en el blog el animal con más
suerte de la historia de los animales. Se trata de Mike, un pollo que vivió sin
cabeza más de 18 meses. Os cuento su historia desde el principio.
Todo empezó cuando Lloyd Olsen y su
mujer, dos granjeros de Fruita, Colorado (EEUU) se levantaron la mañana del 10
de septiembre de 1945 y, después de desayunar crema de cacahuete y otros alimentos
que solo hay en EEUU, comenzaron a hablar sobre la cena de esa noche, a la que
habían invitado a los McGuire:
- Querida, esta noche vienen a cenar los McGuire, voy a matar un pollo. Podemos cocinar fried crispy chicken, ¿qué dices a eso?
- Claro cariño, coge al pollo más gordo, tenemos que quedar bien con ellos. Recuerda la barbacoa que ellos nos hicieron a nosotros por Acción de Gracias.
- ¡Diablos, querida! ¡Esa barbacoa es lo mejor que he probado en toda mi vida! Mataré al pollo Mike. Lo llevo cebando durante 3 meses con alfalfa del almacén del viejo señor Harris.
- El señor Harris es el hombre más huraño de todo el pueblo, pero tiene la mejor alfalfa que se puede encontrar en el valle de Colorado Springs.
Así que el señor Olsen fue hacia el
corral y cogió al pollo Mike con la intención de degollarlo. El pobre animal,
totalmente indefenso, gritaba “¡No me pueden hacer esto! ¡Tengo mis derechos! ¡Soy
ciudadano americano!” que es lo que dicen todos los seres vivos americanos
cuando se encuentran en una situación jodida.
De nada le sirvieron sus ruegos al pobre
Mike y acabo degollado. Pero para sorpresa del señor Olsen, Mike siguió
andando, acicalándose, gorjeando… mientras su cabeza yacía inerte en el suelo. El
señor Olsen exclamó: “¡Pollo madafacka! ¡¡¿¿What de fuck??!!”. A las pocas
horas de la fallida ejecución, Mike seguía haciendo vida normal de pollo.
Vivito y coleando. A partir de entonces, el señor Olsen alimentó a Mike con una
pipeta por el orificio de su cuello.
Mike, después de pasar por la guillotina
Mike, alimentándose
El señor Olsen pensó que sacaría más
rentabilidad de Mike como estrella de circo que como alimento, así que habló
con el pollo y le propuso llevarlo a exhibiciones de ferias. El degollado Mike
estaba muy enfadado, se sentía utilizado y no quería salir de su corral. El señor
Olsen intentó convencerle sin éxito. Al final, como buen tipo duro americano,
no tuvo más remedio que decirle: “¡Maldita sea Mike, levanta tu sucio trasero o
tendré que pateártelo por todo el condado!”.
Mike despidiéndose de sus
colegas, antes de irse de gira
Mike accedió y el señor Olsen se fue de
gira con él, no sin antes tener unas palabras con su hijo Timmy, como buen padre
americano: “Ya no eres el pequeño Timmy. Ahora eres el hombre de la casa, cuida
de tu madre. Y recuerda, entrena duro y conseguirás ser mejor quarterback que
tu tío Frankie”.
Mike con el señor Olsen, el hombre que le quitó tanto y a la vez se lo dio todo
Y así es como Mike, que era un pollo
matao, destinado a un guisado, se convirtió en una estrella de la noche a la
mañana. Los señores Olsen comenzaron a hacerse ricos gracias a él. Se pagaban
más de 25 centavos por verlo correr y observar su cabeza flotando en un frasco
de formol. Los señores Olsen llegaron a ganar 4.500 dólares al mes, lo que equivale
a 50.000 dólares en la actualidad (o “500 de los grandes”, como dicen los
americanos).
Mike bailando en uno de sus shows
Mike se convirtió en una estrella y las revistas más prestigiosas, como Life y Time, crearon sensación con la noticia. Otros granjeros, motivados por las ganancias de los Olsen, se pusieron a decapitar a sus pollos buscando una oportunidad de negocio semejante. Fue una auténtica masacre, un genocidio pollil, los pollos de Colorado estaban más acojonados que Pinocho en Bricomanía… Un granjero consiguió mantener 11 días con vida a un pollo. Nada comparado con los 18 meses que vivió nuestro Mike.
Mike cortando el césped de la típica casa americana con jardín, con el típico cortacesped que tienen los americanos
¿Cómo pudo sobrevivir tanto tiempo sin
cabeza? Mike fue llevado a la universidad de Utah, para ser estudiado y los
expertos observaron que el corte cercenó la parte superior de su cerebro, pero
dejo intactos el cerebelo y el bulbo raquídeo, lo cual es suficiente para
mantener la capacidad de respirar y de controlar el bombeo de la sangre desde
el corazón.
Mike murió en marzo de 1947 por asfixia,
al atragantarse con unos granos de maíz. El señor Olsen, desesperado, le gritó
a Mike las palabras que todo americano dice en una situación de vida o muerte:
“¡Aguanta Mike! ¡Todo va a salir bien! ¿Me oyes? ¡¡Todo va a salir bien!!”.
Pero no, bien, lo que se dice bien, no salió.
Desde 1999, la pequeña ciudad de Fruita,
en Colorado organiza una fiesta en honor a Mike, el pollo que ha pasado a la
historia por haber inspirado la famosa serie “Juego de Tronos”.